Taller de Biodescodificación

Taller de Decodificación Biológica

SE EXPLICARA EL FUNCIONAMIENTO, COMO CODIFICAMOS LAS ENFERMEDADES Y FORMAS DE SER EN LA VIDA, EJERCICIOS VIVENCIALES BASADOS EN BIODECODIFICACION, PNL, COACHING CON DECODIFICACIONES GRUPALES.

CONOCE COMO LA ENFERMEDAD ES UNA SOLUCIÓN BIOLÓGICA QUE ENCUENTRA NUESTRA MENTE.

A cargo de: ALEJANDRA AITA, Terapeuta decodificadora Biológica, Biodecodificación enfermedades, Coach Ontológico, Profesora UNR, Medica Geriatra.

FABIAN GARELLA, Terapeuta Decodificador Biológico / Biodecodificación enfermedades, Consultor en Inteligencia Emocional, Flores de Bach, Reiki, Terapia transpersonal, Analista de Sistemas.

ARANCEL $100
INSCRIPCIONES PREVIAS EN CORRIENTES 2029 – ROSARIO,  O AL TEL 341-3313355

¿Se puede medir el dolor?

Una de las preguntas mas frecuentes en las consultas está referida a la posibilidad de medir el dolor. Tanto en su extensión en el tiempo como en su intensidad. Por ejemplo: – ¿ Es normal que dure tanto tiempo ? -; o bien – ¿ Es normal que me afecte tanto ? Obviamente que la pregunta no es de respuesta sencilla puesto que a menudo está referido a los temas mas diversos.

Puede ser la pérdida de un ser querido, una separación, una traición, un desencanto. O varias de estas combinadas. Siendo que son tantos escenarios, resultaría imposible determinar la “normalidad” de la duración o la intensidad del dolor.

Algunas personas tienen mecanismos o herramientas provistas por su propia personalidad que les permite abordar los estados de sufrimiento de una manera diferente entre una y otra. También hay que tomar en consideración la vinculación de la causa del dolor de hoy con la historia de cada Consultante.
Las vivencias marcan y definen las maneras de enfrentar estas circunstancias.

¿Cuánto dura un duelo?
Existe un consenso acerca de la duración de un duelo y aunque sólo se trate de una estimación estadística, puede decirse que entre 2 meses y 2 años se encuadra dentro de lo que este proceso doloroso puede extenderse en el tiempo. A su vez, existen también diferentes etapas o fases del duelo.

No siempre aparecen en el mismo órden ni duran lo mismo ni tienen la misma intensidad. Siempre depende de cada individuo, del entorno que lo acompañe, del grado de afecto con lo perdido, de la manera que adopta la pérdida (esperada, repentina), la edad o el vínculo de quien fallece, etc.

Estas fases suelen ser:
Desconcierto e incredulidad ¿ Cómo puede pasarme esto a mí ?
Tristeza profunda y agresividad Producto de la oposición y la rebeldía ante el hecho consumado.
Desesperación y depresión Es el abatimiento con el cual se deja atrás la etapa anterior, preparando el terreno para la que viene.
Aceptación y paz En esta etapa se produce el paulatino retorno a las actividades cotidianas. El dolor existe pero puede ser circunscrito y controlado.

Estas etapas también pueden verse en situaciones de separación de parejas, pérdida de trabajo, traiciones, etc. Muchas veces las resoluciones o elecciones que tomamos nos enfrentan a tener que soportar un dolor.

El caso de las separaciones es emblemático. Aún en aquellos casos en que la separación sea no sólo inevitable sino también deseada, esta no deja de provocar dolor. No deja de ser una frustración. Es un proyecto de importancia que no prospera y esto es independiente de las causas que lo hayan provocado. Duele. Se sufre. Se asimila. Se acepta.

¿En cuánto tiempo? Depende de las circunstancias. Si la pareja es de muchos años suele ser una carga pesada, sin embargo, si el desgaste fué mucho a lo largo de los últimos años de la misma, el alivio de una separación puede suponer un módico antídoto para el dolor, aunque nunca es suficiente.
Si la pareja tuvo hijos, otro es el sentimiento. Si los une además una relación profesional o comercial esto también cambia la ecuación. Si el entorno no es permeable a la separación y por el contrario no la aceptan, esto puede provocar un desgaste de energía mayor aún y alargar los procesos.

Como se ve, las variantes son infinitas. Pese a todo, hay algunas cuestiones que son iguales para todo el mundo y deben ser atendidas. Sea como fuere el desarrollo de los acontecimientos, los procesos dolorosos son inevitables y deben respetarse. No pueden ni deben evitarse. Son parte de nuestra vida y como tal vivibles. Deben ser respetados y considerados en toda su dimensión.

A veces cuando en una primera entrevista surge el tema del orígen de la consulta, aparece el consultante diciendo: “ Me separé/falleció tal persona/se incendió mi casa, y no quiero sufrir mas por esto…, y quiero que me ayude a conseguirlo”. Dependiendo los casos, esto no es posible en lo inmediato.
El proceso puede trabajarse, puede uno ir acompañándolo, apuntalándolo, pero es inevitable vivirlo; y aunque uno a veces se siente tentado a hacerlo, no se pueden dar plazos ni formas ni intensidades al mismo.

Sí podemos ayudar a comprender, a valorar, a priorizar, a pasar esa instancia de la vida de la mejor manera posible, pero siempre con la certeza que el proceso existe y va a provocar dolor. Una de las funciones del terapeuta es trabajar de acuerdo a estas realidades, sin prometer la ausencia del dolor porque esta no existe. O como suelo decir: El dolor es inevitable; el sufrimiento es opcional. Con esto quiero decir que las situaciones dolorosas en la vida no dependen de nosotros, sin embargo el regodeo en el sufrimiento, el armar una zona de confort en el sufrimiento puede evitarse.

Es decir, ¿ Cuánto dura el dolor ? Lo que duela. Ni más ni menos.

Clr. Julio César Vergara

El punto negro

Cierto día, un profesor entra al salón de clases y les dice a los alumnos, que se preparen para una prueba sorpresa.
Todos se pusieron nerviosos, asustados por el exámen que vendría, mientras el profesor iba entregando la hoja del exámen con la parte frontal para abajo, de modo que no vieran lo que contenía hasta que él explicara en qué consistía la prueba.

Una vez que entregó todas las hojas, les pidió que dieran vuelta la hoja y vieran el contenido. Para sorpresa de todos era una hoja en
blanco que tenía en el medio un punto negro. Viendo la cara de sorpresa de todos sus alumnos, el profesor les dijo:
– Ahora van a escribir una redacción sobre lo que están viendo.

Todos los jóvenes, confundidos, se pusieron a pensar y a escribir sobre lo que veían. Terminado el tiempo, el maestro recogió las
hojas, las colocó en el frente del escritorio y comenzó a leer las redacciones en voz alta. Todas, sin excepción se referían al punto
negro de diferentes maneras.

Terminada la lectura, el profesor comenzó a hablar de la siguiente manera:
– Este examen no es para darles una nota, les servirá como lección de vida. Nadie habló de la hoja en blanco, todos centraron su
atención en el punto negro. Esto mismo pasa en nuestra vida, en ella tenemos una hoja en blanco entera, para ver y aprovechar, pero nos centramos en los puntos negros.

La vida es un regalo de la naturaleza, nos es dada con cariño y amor, siempre tenemos sobrados motivos para festejar, por nuestra familia, por los amigos que nos apoyan, por el empleo que nos da el sustento, por los milagros que nos suceden diariamente, y no obstante insistimos en mirar el punto negro, ya sea el problema de salud que nos afecta, la falta de dinero, la difícil relación con un familiar, o la decepción con un amigo.

Los puntos negros son mínimos en comparación con todo lo que diariamente obtenemos, pero ellos ocupan nuestra mente en todo
momento. Saca tu atención de los puntos negros, aprovecha todo lo maravilloso que tienes.

¡SE FELIZ!

La comunicación de los sentimientos

Para que dos personas se comuniquen tan efectiva y significativamente como sea posible hay que tener en cuenta los siguientes puntos:

1. Cada uno debe ser consciente de lo que siente.

2. Cada uno expresará sus sentimientos sin culpar o acusar, haciendo posible la respuesta positiva de la otra parte.

3. Cada uno escuchará y tratará de comprender claramente lo que el otro ha dicho.

4. Cada uno se identificará con el otro.

Vamos a considerar estos puntos y ver cómo puede usted aplicarlos.

TOMAR CONTACTO CON SUS SENTIMIENTOS

Cuando alguien hace terapia de individuos o parejas, se les estimula para que exploren y expresen sus sentimientos.

Entonces, se hace más fácil – y llega a ser natural – conocer los propios sentimientos. Ese es uno de los beneficios fundamentales de la terapia.

No conocer los sentimientos propios es como ignorar quién es uno mismo, qué necesita o qué tiene para ofrecer, por qué está haciendo lo que hace o qué otra cosa podría hacer. En última instancia, esa inconsciencia respecto a uno mismo crea una especie de no-vida indiferente y alienada.

Muchas veces, usted debe estar en contacto con sus sentimientos, tanto para conseguir su propia realización como para aceptar, comprender y conducirse con las emociones del otro.

No siempre es fácil conocer los sentimientos propios. Algunas veces los esconderá porque se siente avergonzado de ellos.

Uno de los conceptos fundamentales de la psicología es que las personas tienen sentimientos de todo tipo y que esto es totalmente natural. Nuestros sentimientos incluyen el amor, el odio, la ambición, la satisfacción y mucho más.

¿Cómo sacar a la luz aquellos sentimientos más profundos que usted puede haber estado escondiendo inconscientemente?

1. Algunas veces es útil sentarse tranquilamente a solas y pensar, o decir, o aun grabar TODAS LAS DIFERENTES PALABRAS que, aparentemente, describan su estado tanto físico como emocional. Si bien comenzará con las más obvias – enojado, por ejemplo -, puede progresar hacia otras que son mucho más reveladoras: enojado, caliente, sudoroso, tembloroso, nervioso, inseguro. Ahora tome la palabra que, en cierto modo, aparezca como inesperada y analice su importancia. ‘Inseguro’. ¿De qué puedo estar inseguro? ¿De que tal vez no esté en lo cierto? Pero yo creo estarlo. ¿De que quizá él no me comprenda? ¿Tal vez mi enojo le haya apartado? ¿Existe acaso otra manera de explicarle?… ¡Yo nunca le he explicado! SUS CRÍTICAS ME HAN HECHO SENTIR rechazada y abandonada…’ Este sentimiento profundo que usted ha descubierto detrás de su ira es el rechazo.

2. Cada vez que tiene una reacción exagerada -cuando la intensidad de la reacción está en desproporción con el estímulo-, piense qué hay detrás de todo ello algo más profundo o de mayor significado. Intente hacer una pausa y decir: ‘Un momento, ¿qué está pasando REALMENTE aquí? ¿Por qué estoy derramando lágrimas REALES por un asunto casi trivial?’

3. Por otra parte, usted puede llegar a alcanzar sus sentimientos más profundos permaneciendo con la emoción de la que es consciente, pensando en otras situaciones en las que se ha sentido de la misma manera, o evocando a otras personas que provocan el mismo sentimiento en usted. ¿Cuál ha sido su posición en estas situaciones anteriores? ¿Estaba usted a cargo de la situación, estaba fuera de control, ignorando, o esperaba ser perfecto? ¿Cómo se sentían esas otras personas respecto a usted? ¿Era usted amado, respetado, aceptado, juzgado, criticado o rechazado?

4. Algunas veces podrá obtener una serie de informaciones muy útiles preguntándose a sí mismo. ‘¿Me recuerda esto a cuando yo era niño y vivía con mis padres? ¿Cómo me trataban entonces? ¿Cómo deseaba que me trataran? ¿Estoy experimentando ahora sentimientos que tenía cuando niño, en ocasiones en que de verdad estaba indefenso y vulnerable? ¿Son estas emociones las apropiadas para el adulto que soy ahora?’

5. Puede llegar a tomar contacto con sus sentimientos más profundos considerando la emoción opuesta o, al menos, una emoción que sea completamente diferente a la que está manifestando exteriormente. En el caso de que estuviera diciendo: ‘¡Estoy furioso!’, pruebe: ‘¡Estoy herido!’ Si usted está llorando y se siente herido, intente los sentimientos ira u odio. Trate de refrenar las lágrimas, que bien pueden no ser de pena sino de rabia.

6. Si se siente tan desamparado que NO PUEDE hacer algo, intente decir: ‘No quiero’ o ‘tengo miedo de…’ ‘No puedo’ significa que está paralizado y tal vez, en algunas ocasiones, lo esté. Peor tal vez le es posible llegar a saber lo que le está sucediendo interiormente. ‘NO lo haré’. SI llega a esa ira tenaz, tal vez consiga una cierta tensión que puede utilizar para la acción. Si el ‘no puedo’ significa que usted tiene miedo de hacer algo por temor a las consecuencias, analice el miedo. ‘¿De qué tengo miedo? ¿Qué es lo peor que puede suceder?’

http://www.inteligencia-emocional.org

Reencontrarse con la vida

Alan Cohen ha creado un sistema de doce pasos para ayudar a las personas a reencontrarse con lo que llaman en inglés bliss. En español puede traducirse como “fortuna” o “bendición” pero para mi es la vida misma.

Para reencontrarnos con nuestra vida:
1) Dígase a usted mismo la verdad: divida una hoja de papel en dos columnas y escriba al lado izquierdo todo lo que le encantaría hacer. Después escriba al lado derecho todo lo que está haciendo sin entusiasmo. Escriba como si nadie fuese a leer lo escrito, y no censure ni juzgue sus respuestas.

2) Comience despacio, pero comience: Llame al agente de viajes, procure algo que encaje en su presupuesto; vaya a ver la película que está postergando ver, compre el libro que deseaba. Sea generoso con usted mismo y verá como estos pequeños pasos le harán sentir más vivo.

3) Vaya parando despacio, pero pare: Hay cosas que destruyen por completo su energía. ¿Es tan imprescindible ir a esa reunión del comité? ¿Tiene que ayudar a esa persona que no desea ser ayudada? ¿Tiene derecho su jefe a exigirle que, además del trabajo, usted deba concurrir a las mismas fiestas que él? Al dejar de hacer lo que no le interesa, se dará cuenta de que estaba exigiéndose más de lo que los otros realmente pedían.

4) Descubra sus pequeños talentos: ¿Qué es lo que sus amigos dicen que usted hace bien? ¿Lo que usted hace a gusto, aun cuando no sea perfecto en su ejecución? Estos pequeños talentos son mensajes escondidos de sus grandes talentos ocultos.

5) Comience a elegir: Si algo le da placer, no dude. Si está en duda, cierre los ojos e imagine que ya tomó la decisión A, y vea todo lo que le comportará. Haga lo mismo con la decisión B. La decisión que le haga sentir más conectado con la vida es la correcta, aun cuando no sea la más fácil.

6) No base sus decisiones en ganancias financieras: Éstas llegarán si usted realmente hace algo con entusiasmo. El mismo jarrón, hecho por un orfebre que adora lo que hace, o por un hombre que detesta su oficio, tiene un alma. Será rápidamente vendido (en el primer caso) o quedará encallado ( en el segundo caso).

7) Siga su intuición: El trabajo más interesante es aquel que le permite ser más creativo. Einstein decía: “Yo no llegué a mi comprensión del Universo usando solamente las Matemáticas”. Descartes, el padre de la lógica, desarrolló su método a partir de un sueño que tuvo.
8 ) No tenga miedo a cambiar de idea: Si dejó de lado una decisión y ella le molesta, vuelva a pensar lo que escogió. No luche contra aquello que le da placer.

9) Sepa descansar: Un día por semana sin pensar en el trabajo termina permitiendo que el subconsciente le ayude, y muchos problemas (aunque no todos) se solucionan sin ayuda de la razón.

10) Deje que las cosas muestren el camino más alegre: Si usted está luchando demasiado por algo y no tiene resultados, sea más flexible y entréguese a los caminos que la vida le muestra. Eso no significa renunciar a la lucha, ser perezoso o dejar las cosas en manos de los otros; significa entender que el trabajo con amor nos da fuerzas, jamás desesperación.

11) Lea las señales: Es un lenguaje individual, unido a la intuición que aparece en los momentos adecuados. Aunque las señales indiquen una dirección opuesta a la que usted había planeado, sígalas. A veces se equivocará, pero es la única manera de aprender este nuevo lenguaje.

12) Finalmente, ¡arriésguese!: Los hombres que cambiaron el mundo comenzaron su camino a través de un acto de fe. Tenga fe en la fuerza de sus sueños.

Feliz año 2013 !

Quizás dé lo mismo si se trata de un año nuevo…o de un nuevo grupo de pertenencia,
…de un nuevo lugar donde vivir,. de un nuevo amigo, o de una nueva pareja.

Nada puede ser realmente nuevo si uno lo vive desde viejas actitudes.

Por eso les deseo y me deseo…
Que no se nos vaya nuestro tiempo de vida en asuntos que realmente no valgan la pena.
Nadie vino a este mundo… a encerrarse en un lugar seguro … a lograr la aprobación de los demás,… a “matar el tiempo”.
El tiempo es algo precioso:..un recurso no renovable.

Que miremos hacia atrás sólo para cerrar los asuntos pendientes.
Es el único modo en que el pasado puede realmente pasar:… decir lo largamente callado,
… hacerse cargo de los errores… y pedir disculpas,..y reconocer lo recibido… y dar las gracias, … comprender lo no comprendido,… dejar ir lo que ya no es.

Cerrar lo inconcluso es comenzar a hacer espacio para lo Nuevo.

Que sepamos pedir ayuda cuando la necesitemos, para volver a pararnos sobre nuestros propios pies.

Dejarse ayudar es un buen antídoto para la omnipotencia o la necedad.

Que sepamos ayudar a quien lo necesite…
… sin perdernos en el otro,
… sin invadir ni manipular,
… sin generar dependencia,
… sin forcejear para que nadie cambie lo que no está dispuesto a cambiar.

Ayudar requiere el ejercicio de una solidaridad inteligente, consciente de sus trampas y de sus límites.

Que permanezcamos abiertos a encontrar verdaderos compañeros de Camino, afines a nuestra más íntima Esencia.

Como decía Vinicius:“La Vida es el arte del encuentro”.

No nos escondamos de la Vida.
Vivir Vivo es poco frecuente entre los humanos… Lo logran quienes trabajan para abrir su sensibilidad y su conciencia.
Que seamos parte de aquellos que, más que un “Año Nuevo”, celebran cada día un Día Nuevo, intensamente Vivos.
Este mensaje está siendo enviado a muchas personas que, desde distintos lugares del mundo, forman parte de nuestra red humana virtual, sin fronteras.
Como ves no estás solo…
En este mismo instante hay muchos otros que también quieren hacer de este nuevo año un verdadero Año Nuevo.
Y es que hay un único tiempo:

AHORA

Te deseo .. lucidez para cada día…Que elijas bien, que tu sensibilidad se abra y florezca.. y Amor… mucho amor… El Amor es el Camino..El Amor es la Respuesta…
Bendiciones llenas de todo lo que tu alma desee… y lo que tu espíritu necesite para seguir creciendo.. interiormente….Con Amor…..
Gracias, siempre Gracias …

El nombre, nuestro legado.

Este primer «regalo» otorgado al recién nacido lo individualiza en el seno de la familia.

La psique infantil, tal como haría un animal doméstico, se identifica a ese sonido con el que constantemente atraen su atención. Termina incorporándolo a su existencia como si fuera un órgano o una víscera más. En la mayoría de los casos, en los nombres se desliza el deseo familiar de que los antepasados renazcan: el inconsciente puede disfrazar esta presencia de los muertos no sólo repitiendo el nombre entero (en muchas familias el primogénito recibe el mismo nombre que su padre, su abuelo, su bisabuelo; si es mujer puede recibir un nombre masculinizado que pasa por ejemplo de Francisco a Francisca, de Marcelo a Marcela, de Bernardo a Bernarda, etc.). Este nombre, si viene cargado de una historia, a veces secreta (suicidio, enfermedad venérea, pena de cárcel, prostitución, incesto o vicio, quizás de un abuelo, una tía, un primo), se hace vehículo de sufrimientos o de conductas que poco a poco invaden la vida de quien lo ha recibido.

Hay nombres que aligeran y nombres que pesan.
Los primeros actúan como talismanes benéficos. Los segundos, son detestados. Si una hija recibe de su padre el nombre de una antigua amante, queda convertida en su novia para toda la vida. Si una madre que no ha resuelto el nudo incestuoso con su padre da al niño el nombre de aquel abuelo, el hijo, preso en la trampa edípica, se verá impulsado a imitar al antepasado admirándolo y al mismo tiempo detestándolo, por ser un rival invencible.

Aquellas personas que reciben nombres que son conceptos sagrados (Santa, Pura, Encarnación, Inmaculada, etc.) pueden sentirlos como órdenes, padeciendo conflictos sexuales. Aquellos bautizados como ángeles (Angélica, Rafael, Gabriel, Celeste, etc.) pueden sentirse no encarnados. Los Pascual, Jesús, Enmanuel, Cristián o Cristóbal es muy posible que padezcan delirios de perfección y a los 33 años tengan angustias de muerte, accidentes, ruinas económicas o enfermedades graves.

A veces los nombres dados son producto del deseo inconsciente de solucionar situaciones dolorosas. Por ejemplo, si un hombre cuando era niño fue separado de su madre, llamará a su hijo Juan-María, realizando en ese doble nombre su deseo de unirse con ella. Si un pequeño muere, al que le sigue lo pueden llamar René (del latín renatus, lo que significa «renacido»). Si un antepasado fue detenido, para vergüenza de su familia, por haber cometido una estafa o un robo, a un descendiente directo se le puede bautizar como Inocencio. Si una mujer con fijación incestuosa se casa con un hombre que tiene el mismo nombre que su padre, puede engendrar hijos que padezcan una confusión generacional: inconscientemente, al vivirse como hijos de su abuelo, considerarán a su madre como una hermana, lo que les provocará inmadurez.

Si después de una niña nace un niño al que se le bautiza con el nombre de ella masculinizado (Antonia seguida de Antonio, Francisca seguida de Francisco, etc.), puede denunciar que el nacimiento de la nena fue una decepción y la joven, considerándose el esquema de un futuro hombre, puede vivir sumida en un doloroso desprecio a sí misma, sintiéndose incompleta.
Un nombre tomado de estrellas del cine o de la televisión, o de escritores famosos

Impone una meta que exige la celebridad, lo que puede ser angustioso si no se tiene talento artístico. Si los padres transforman el nombre de sus hijos en diminutivos (Lolo, Pepe, Rosi, Panchita), pueden fijarlos para siempre en la infancia.

El inconsciente, por su naturaleza colectiva, esconde significados en los nombres que el individuo, sin conocerlos conscientemente, padece. Los nombres de santos inducen cualidades, pero también transmiten martirios. Algunas María pueden verse asediadas por el deseo de engendrar a un niño perfecto. Algunos José pueden tener dificultad para satisfacer a una mujer. A santa Valeria le cortaron la cabeza: las mujeres que reciben este nombre pueden tender a la locura. Ciertas Mercedes, nombre que desciende del latín merces (salario, pago), pueden ser tentadas por el comercio, ejercido con honradez.

Alejandro Jodorowski

Cómo ser espiritual

Si estas básicas intenciones están presentes dentro de tí, Dios toma la responsabilidad de expresarlas. Todo lo demás que tú hagas es secundario. Sin embargo aún así puedes ejercer una gran influencia por medio de tu conducta diaria. Aquí están las reglas fundamentales para la vida espiritual que han probado ser efectivas para mí personalmente y que siento trabajarán para muchas personas.

1. Conoce tus Intenciones.
No permitas que tus falsas intenciones permanezcan enmascaradas. Sácalas de raíz y trabaja con la ira y el miedo que te mantiene atado a ellas. Las falsas intenciones asumen la forma de deseos culposos: Yo quiero que alguien fracase, yo quiero vengarme, yo quiero que la gente mala sea castigada, yo quiero obtener algo sin poner lo mío en peligro. Las falsas intenciones pueden ser elusivas, notarás su existencia por el sentimiento que te conecta con ellas, un sentimiento de miedo, de codicia, de rabia, de desesperación, de debilidad. Primero experimenta el sentimiento, después niégate a quedártelo y luegopermanece alerta hasta que encuentres la intención que se esconde debajo.

2. Establece tus Intenciones Elevadas.
Ten la intención de ser un Santo o un Hacedor de Milagros. ¿Por qué no? Si tú sabes que la meta del crecimiento interior es adquirir Maestría, entoces,pide que esa Maestría se exprese tan pronto como sea posible. No te esfuerces por producir milagros pero no te resistas a ellos tampoco. El comienzo de la Maestría es Visión: ver milagros alrededor de tí eso hará más fácil que milagros más grandes comiencen a aparecer.

3. Vete a tí mismo en la Luz.
El Ego mantiene su dominio al hacernos sentir necesitados y sin fuerzas. De esta sensación de pérdida crece un ansia de adquirir todo lo que vemos. Dinero, poder, sexo y placerse supone que llenen el vacío, pero no lo llenan. Tú puedes escaparte de este paquete de ilusión únicamente si no te ves a tí mismo en la sombra luchando por alcanzar a Dios, sino que te veas en la Luz desde el primer momento. La única diferencia entre tú y un santo es que tu luz es pequeña y la de un santo es grande. Ustedes son ambos de la Luz.

4. Ver a todos los demás en la Luz.
La manera más barata de sentirte bien tú mismo es al sentirte superior a las demás personas. De esta pequeña semilla crece toda forma de juicio. Una simple forma puede ayudarte aquí. Cuando estés tentado a juzgar a otro ser humano sin importar cuan obviamente él o ella lo merezca, recuérdate a tí mismo que cada uno está haciendo lo mejor que puededesde su propio nivel de consciencia.

5. Refuerza tus Intenciones todos los días.
La vida diaria es un tipo de remolino de caos y el ego está firmemente enraizado en sus demandas. Necesitas recordarte a tí mismo desde el inicio hasta el final del día tu propósito espiritual. A algunas personas les ayuda el escribir sus intencionesa otras les son útiles períodos regulares de meditación y oración. Encuentra tu centro, interiorízate y no dejes ir tu intención hasta que la sientas centrada dentro de tí.

6. Aprende a perdonarte a tí mismo.
Todos nosotros caemos en trampas de autosuficiencia e ilusión cuando menos lo esperamos. Los hechos demuestran que lastimar a alguien, que el mentir deliberadamente y la irresistible necesidad de hacer trampa son universales. Perdónate a tí mismo por estar donde estás. Aplícate a tí mismo la misma regla que aplicas para los demás: tú estás haciendo lo mejor que puedesdesde tu propio nivel de consciencia… (Me gusta recordar la definición de un Maestro del discípulo perfecto: “Uno que siempre está tropezando pero que nunca se cae”).

7. Aprende a dejar ir.
La Paradoja de ser espiritual es que siempre estás equivocado y acertado al mismo tiempo. La vida es cambio debes estar preparado para dejar ir tus creencias, tus pensamientos y tus acciones de hoy, independientemente de cuan espiritual te hagan sentir. Cada nivel de crecimiento interno es bueno. Todos están alimentados por Dios.

8. Reverencia lo que Es Sagrado.
Nuestra sociedad nos enseña a ser escepticos de lo sagrado. Pero cada santo es tu futuro y cada Maestro está buscándote entre la multitud para que te unas con él. Los representantes humanos de Dios constituyen un tesoro infinito. Profundizar dentro de este tesoro, te ayudará a abrir tu corazón.

9. Permite que Dios se haga cargo.
La mayoría de las personas son adictas a preocuparse, a controlara dominar y a la falta de fe. Resiste la tentación de seguir estas tendencias. No escuches la voz que te dice que tienes que tener todo bajo control y que la constante vigilancia es la única manera de conseguir que las cosas sean hechas. Deja que el Espíritu intente un nuevo camino. Tu Intención es la herramienta más poderosa que tienes a disposición. Haz todo lo posible porque todo salga como es debido y luego suéltate y permite que las oportunidades vengan a tu encuentro. El resultado que tan forzosamente estás buscando puede que no sea tan bueno para tí como aquel que te llegue naturalmente. Si pudieras darle a Dios el uno por ciento de tu vida diariamente serías la persona más iluminada del mundo en un lapso de tres meses. Mantén ésto en tu mente y entrega algo cualquier cosa cada día.

10. Abraza lo Desconocido.
A través de los años haz formado preferencias y aversiones, haz aprendido a aceptar ciertos límites. Nada de ésto es tu verdadero Ser. Lo desconocido te está esperando. Un desconocimiento que nada tiene que ver con el “yo” que tú ya conoces. Algunas personas alcanzan el borde de la ilusión solamentea la hora de la muerte y entoncescon una larga mirada hacia atrás toda una vida parece increíblemente corta y transitoria. La parte de nosotros que conocemos es la parte que nos hace ver todo demasiado rápido. Cuando sientas un nuevo impulsoun pensamiento elevadoruna visión interior que nunca hayas tenido antesabraza lo desconocido. Cuídalo tan tiernamente como a un bebé recién nacido. Dios vive en lo desconocido y cuando tú lo abraces plenamenteserás libre.
***
Entusiasmo
¡Siento entusiasmo por la vida!
De la misma manera como cambio de dirección cuando camino puedo cambiar la dirección de mi manera de pensar si lo deseo. Si me siento cansado triste o decepcionado y quiero sentirme con energía sólo necesito cambiar mis pensamientos.
Pienso en lo que me proporciona gozo, lo que incita mi creatividad, lo que me emociona acerca de estar vivo. Tengo presente las bendiciones que surgen cuando soy de ayuda o me cuido mejor. Aprecio mi vida en este momento y reconozco mi potencial. ¡Mi entusiasmo es contagioso! Otros a mi alrededor perciben la energía positiva. ¡Siento que Dios obra poderosamente por medio de mí!

– Deepak Chopra –

Las relaciones de pareja

La mayoría de la gente inicia una relación con las miras puestas en lo que puede sacar de ella.

Pero hete aquí que el objetivo de una relación es decidir qué parte de ti mismo quisieras ver “descubierta”; no qué parte de la otra persona puedes capturar y conservar.
Sólo puede haber un objetivo para las relaciones, y para toda la vida: SER Y DECIDIR QUIEN REALMENTE SOS.

Resulta muy romántico decir que tú no eras “nada” hasta que llegó esa otra persona tan especial; pero eso no es cierto. Y, lo que es peor, supone una increíble presión sobre esa persona, forzándola a ser toda una serie de cosas que no es.
Como no quiere “desengañarte”, trata con gran esfuerzo de ser y hacer todas esas cosas, hasta que ya no puede más. Ya no puede completar el retrato que te has forjado de él o de ella. Ya no puede desempeñar el papel que le has asignado. Entonces surge el resentimiento. Y después la cólera.
Finalmente, para salvarse a sí misma (y a la relación), esa otra persona especial empieza a recuperar su auténtico YO, actuando más de acuerdo con Quien Realmente Es. Y en ese momento es cuando vos decís que “realmente, ha cambiado”.

Resulta muy romántico decir que, ahora que esa otra persona especial ha entrado en tu vida, te sientes completo.
Pero el objetivo de la relación no es tener a otra persona que te complete, sino tener a otra persona con la que compartir tu completud.
He aquí la mayor paradoja de todas las relaciones humanas: no necesitás a una determinada persona para experimentar plenamente Quienes Sos, y… sin otro, no sos nada.
Aquí radica a la vez el misterio y el prodigio, la frustración y la alegría de la experiencia humana. Requiere un conocimiento profundo y una total voluntad vivir en esta paradoja de un modo que tenga sentido. Y muy pocas personas lo logran.

La mayoría de nosotros iniciamos nuestras relaciones en los primeros años de madurez, con esperanza, plenos de energía sexual, con el corazón abierto de par en par y el alma alegre e ilusionada.
En algún momento entre los cuarenta y los cincuenta años (y muchos de nosotros quizás antes), renunciamos a nuestro más magnífico sueño, abandonamos nuestra más alta esperanza, y nos conformamos con nuestras menores expectativas; o a veces con nada en absoluto.

El problema es sumamente básico, sumamente sencillo; y, sin embargo, trágicamente mal interpretado: nuestro más magnífico sueño, nuestra más alta idea y nuestra más acariciada esperanza se había referido a nuestro amado OTRO, en lugar de a nuestro amado YO. La prueba de nuestras relaciones se había referido al hecho de hasta qué punto el otro se ajustaba a nuestras ideas, y en qué medida considerábamos que nosotros nos ajustábamos a las suyas.
Sin embargo, la única prueba auténtica se refería al hecho de hasta qué punto nosotros nos ajustábamos a las nuestras.

Las relaciones son sagradas porque proporcionan la más grandiosa oportunidad en la vida – en realidad, la única oportunidad – de crear y producir la experiencia de tu más elevado concepto de TI MISMO. Las relaciones fracasan cuando las considerás la más grandiosa oportunidad de crear y producir la experiencia de tú más elevado concepto de OTRO.

Si dejás que, en una relación con otra persona, cada uno se preocupe de Sí mismo: de lo que Uno mismo es, hace y tiene; de lo que Uno mismo quiere, pide, obtiene; de lo que Uno mismo busca, crea, experimenta… todas las relaciones servirán magníficamente a este propósito, y a quienes participen en ellas.
Dejá que, en la relación con otra persona, cada uno se preocupe, no del otro, sino sólo y únicamente de Sí mismo.
Parece una enseñanza extraña, ya que siempre nos han dicho que en la forma más elevada de relación uno se preocupa únicamente del otro. Pero yo te digo esto: es el hecho de centrarte en el otro -de obsesionarte con el otro- lo que hace que las relaciones fracasen.
¿Qué es el otro? ¿Qué hace? ¿Qué tiene? ¿Qué dice, quiere o pide? ¿Qué piensa, espera o planea?
No importa lo que el otro sea, haga, tenga, diga, quiera o pida. No importa lo que el otro piense, espere o planee. Sólo importa lo que vos hagas en relación con ello.

La persona que más ama es la persona que está más centrada en Sí misma.
Si no te amás a vos mismo, no podés amar a otro. Mucha gente comete el error de tratar de amarse a Sí mismo a través de amar a otro. Por supuesto, no se dan cuenta de lo que hacen. No se trata de un esfuerzo consciente, sino de algo que se da en la mente, a un nivel muy profundo, en el inconsciente.
Piensan: “Si puedo amar a otros, ellos me amarán a mí. Entonces seré alguien digno de ser amado, y, por lo tanto, Yo me amaré a mí mismo”.

El reverso de esto es que muchas personas se odian a sí mismas porque piensan que no hay nadie que las quiera.
Se trata de una enfermedad; es el verdadero “mal de amores”, pues lo cierto es que sí hay otras personas que les quieren, pero no importa. No importa cuánta gente manifieste su amor hacia ellos; nunca será suficiente.

Cuando realmente los querés, en primer lugar, no creen en ti. Piensan que tratás de manipularlos, que tratás de sacar algo de ellos. (¿Cómo podrías quererlos por lo que realmente son? No!!. Debe haber un error. ¡Seguro que querés algo más! Entonces ¿qué es lo que querés?).

Se cruzan de brazos, tratando de comprender cómo alguien puede realmente quererlos. Así, no te creen, y emprenden una campaña para hacer que se lo demuestres cada día. Tenés que demostrarles que los querés. Y, para hacerlo, pueden pedirte que empieces a cambiar TU conducta.

En segundo lugar, si finalmente llegan a creer que los querés, inmediatamente empiezan a preocuparse acerca de cuánto tiempo lograrán mantener tu amor. Así, con el fin de conservarlo, empiezan a cambiar SU conducta.

De este modo, dos personas se pierden a sí mismas – literalmente – en la relación. Inician la relación esperando encontrarse a sí mismas, y, en lugar de ello, se pierden a sí mismas.

Dejar ir

Dejar ir es una de las lecciones mas difíciles de asimilar, porque siempre queremos tener lo que más deseamos: Ser amados con reciprocidad, obtener los éxitos, logros, objetivos propuestos.

Cuando no conseguimos aquello que anhelamos viene la frustración, la ansiedad, depresión, el dolor, la angustia, y todo lo demás.
Queremos que las personas y los eventos fluyan y sean como a nosotros nos conviene, pero lamentablemente, así no es como funciona. Muchas personas vienen, para enseñarnos lo que necesitamos y luego se van.

Dejar ir cuando se ama demasiado, como en el amor de pareja es muy difícil y doloroso, eso sin contar con el apego, el ego, el orgullo, el amor propio herido.
Cuando no somos amados con reciprocidad, es imprescindible comprender que hay que liberar a ese ser que amamos, para que encuentre su destino y sea feliz. Desear la felicidad del otro, antes que la de una misma, eso, es amor verdadero e incondicional.

Desapegarnos sin resentimiento, sin luchar, aceptando lo que hay, siendo consientes de que esa es nuestra realidad, pocas veces se logra con facilidad.
Abrir nuestros brazos, para liberar a la persona amada. A ese niño, para que vuele y camine por sus propios pies, viva experiencias, cometas errores y aprenda de ellos, para que al final, sea un ser completo e integro, es una árdua tarea, que conlleva desprendimiento y dolor, pero que es indispensable hacer.

Todos en algún momento, nos enfrentamos a este suceso: Dejar Ir, liberar, soltar, desapegarnos.
¿Como hacer, para curar esas heridas y desprendernos de aquello que tanto amamos, pero que por las razones que sean, ya termino su ciclo?
¿Como sanar el alma, cuando el sufrimiento es inmenso?

Es un proceso de introspección, de conectarnos con nuestro ser interior.
Tener nuestro duelo, llorar nuestra inmensa perdida, porque duele, duele demasiado. Solo el tiempo, el aceptar las cosas como son, es lo único que puede ayudar, y entender que hay que dejar libre a lo que mas se ama.
No podemos cortarle las alas a nadie, eso no es sano y no es amor. El amor verdadero es libre, y no puede estar sujeto a nuestra voluntad.
Asimilar los fracasos, comprendernos y aceptarnos, porque no se puede hacer mas que desear la felicidad de ese otro ser.

En esta problematica también hay que tener en cuenta nuestro amor propio herido. A veces solo es nuestro ego, el ser rechazados, el aferrarnos con uñas y dientes a un imposible. Como entender la diferencia?
Escuchando nuestro corazón, conectándonos con nosotros mismos, nuestra intuición. Nuestro Dios interior siempre sabe, y conoce todas las respuestas, solo tenemos que escuchar.
Ver lo que en verdad es esencial, que nada tiene que ver con lo material. Apreciar lo importante y trascendental desde el corazón, y vivir en consecuencia.
Aprender la paciencia, la humildad, la tolerancia, a sobreponerse a las perdidas de toda índole. Son pruebas que tenemos que sobrellevar.

Cuando el destino, nos convoca una y otra vez, talvez, ahí, lo que tenemos que hacer es: Vencer el miedo, arriesgarnos, ser valientes, y buscar fortaleza de donde no tenemos.
Cada situación adversa a la que nos exponemos, tiene por objeto hacernos crecer. En otros casos, el universo nos enfrenta a estos eventos, porque es la única forma que hay, para que tomemos conciencia de los cambios que tenemos que dar.
Aceptar lo evidente, porque de otra forma no podría ser, no podríamos avanzar. En todo caso, fueron nuestras expectativas las que fueron defraudadas. Es preciso aceptar y trabajar el desapego.

La felicidad aparece, pero a veces somos tan ciegos, que no la vemos, y la dejamos pasar. Vivan, amen de verdad, con cada fibra de su ser, luchen por lo que en verdad es importante, no le cierren las puertas al amor, porque el amor, es lo que en definitiva, vale la pena vivir y ser vivido con todo, y sus consecuencias.

– Suzanne Powell –

Desarrollo de la conciencia

Las personas ante las cuales tu reacción es más fuerte, sea de amor u odio, son proyecciones de tu mundo interior . Lo que más odias es lo que más niegas en ti mismo. Lo que más amas es lo que más deseas dentro de ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución. El objetivo es un total conocimiento de uno mismo. Cuando lo consigas, lo que más desees estará automáticamente allí; lo que más te disgusta desaparecerá.

Algunas sugerencias para favorecer el desarrollo de la conciencia:

1. Escucha la sabiduría de tu cuerpo, que se expresa por señales de comodidad e incomodidad. Cuando elijas cierta conducta, pregunta a tu cuerpo que siente al respecto. Si tu cuerpo envía una señal de inquietud física o emocional, ten cuidado. Si tu cuerpo envía una señal de comodidad y anhelo, procede.

2. Vive en el presente, que es el único momento que tienes. Mantén tu atención en lo que existe aquí y ahora; busca la plenitud en todo momento. Acepta lo que viene a ti total y completamente para que puedas apreciarlo y aprender de ello; luego déjalo pasar. El presente es como debe ser. Refleja infinitas leyes de la Naturaleza que te han traído hasta este pensamiento exacto, esta reacción física precisa. Este momento es como es porque el Universo es como es. No luches contra el infinito esquema de las cosas; por el contrario, sé uno con él.

3. Dedica tiempo al silencio, a meditar, a acallar el diálogo interior. En momentos de silencio, cobra conciencia de que estás recontactándote con tu fuente de conciencia pura. Presta atención a tu vida interior para que puedas guiarte por tu intuición, antes que por interpretaciones impuestas desde fuera sobre lo que conviene o no te conviene.

4. Renuncia a tu necesidad de aprobación externa. Sólo tú eres el juez de tu valer; tu meta es descubrir el infinito valor de ti mismo, sin dar importancia a lo que piensen los demás. Al comprender esto se logra una gran libertad.

5. Cuando te descubras reaccionando con enojo u oposición ante cualquier persona o circunstancia, recuerda que sólo estás luchando contigo mismo.Presentar resistencia es la reacción de las defensas creadas por viejos sufrimientos. Cuando renuncies a ese enojo te curarás y cooperarás con el flujo del universo.

6. Recuerda que el mundo de allí fuera refleja tu realidad de aquí dentro. Las personas ante las cuales tu reacción es más fuerte, sea de amor u odio, son proyecciones de tu mundo interior . Lo que más odias es lo que más niegas en ti mismo. Lo que más amas es lo que más deseas dentro de ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución. El objetivo es un total conocimiento de uno mismo. Cuando lo consigas, lo que más desees estará automáticamente allí; lo que más te disgusta desaparecerá.

7. Libérate de la carga de los juicios. Al juzgar impones el bien y el mal a situaciones que simplemente son. Todo se puede entender y perdonar, pero cuando juzgas te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar. Al juzgar a otros reflejas tu falta de autoaceptación. Recuerda que cada persona a la que perdones aumenta tu amor a ti mismo.

8. No contamines tu cuerpo con toxinas, ya sea por la comida, la bebida o por emociones tóxicas. Tu cuerpo no es sólo un sistema de mantenimiento de la vida. Es el vehículo que te llevará en el viaje de tu evolución. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar, porque cada célula es un punto de conciencia dentro del campo de la conciencia que eres tú.

9. Reemplaza la conducta que motiva el miedo por la conducta que motiva el amor. El miedo es un producto de la memoria, que mora en el pasado. Al recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita. Pero tratar de imponer el pasado al presente jamás acabará con la amenaza del sufrimiento. Eso sólo ocurre cuando encuentras la seguridad de tu propio ser, que es amor. Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, porque tu fuerza interior es invulnerable al miedo.

10. Comprende que el mundo físico es sólo el espejo de una inteligencia más profunda. La inteligencia es la organizadora invisible de toda la materia y toda la energía; como una parte de esta inteligencia reside en ti, participas del poder organizador del cosmos. Como estás inseparablemente vinculado con el todo, no puedes permitirte el contaminar el aire y el agua del planeta. Pero en un plano más profundo, no puedes permitirte el vivir con una mente tóxica, porque cada pensamiento crea una impresión en el campo total de la inteligencia. Vivir en equilibrio y pureza es el más elevado bien para ti y para la Tierra.

La soledad no existe

¡Cuánta gente se queja de la soledad!.

Pues bien, deben saber que han sido ellos quienes han creado esa soledad en sí mismos, en su cabeza. En realidad, nunca se está solo. Y, ¿por qué entonces se sienten solos? Porque no tienen demasiado amor. Ellos os dirán: «¡Pero cómo, si tenemos demasiado amor, no hacemos más que soñar con el amor!» Precisamente ahí está su error, sueñan con el amor, esperan el príncipe o la princesa de las Mil y Una Noches y por eso se sienten solos: porque esperan el amor en lugar de buscarlo en ellos mismos. El amor que se espera, nunca llegará. No hay que esperar que el amor venga del exterior, el amor está dentro de nosotros. Dejad que salga, que se manifieste porque sólo así lo encontraréis realmente.

Nunca estamos solos: todo el universo nos escucha. Todas nuestras palabras, todos nuestros gestos tienen eco. Por ejemplo, si cuando salís de vuestra casa, por la mañana, sonreís al mundo entero, saludáis a toda la creación diciendo: «Buenos días, buenos días, buenos días», no os sentiréis solos durante el día, porque desde todos los rincones del espacio llegarán hasta vosotros voces que os contestarán haciendo eco: buenos días, buenos días, buenos días… Los humanos salen de sus casas encerrados en sí mismos: ven y oyen a los demás a su paso, pero nos los miran, ni los escuchan. ¿Por qué no recordar que el mundo entero está habitado por criaturas que merecen que se les mande un pensamiento, buenos deseos: la luz, la paz, la alegría… ¿Tan dificil resulta abrirse, sonreír, dar el primer paso? Siempre esperan que sean los otros quienes lo hagan, y en la espera, se lamentan porque se sienten solos.

Empezad desde hoy a cambiar de actitud y veréis como ya no os sentís solos. Diréis: «Si, pero la gente que por todos lados nos encontramos, en la calle, en los almacenes, en nuestro lugar de trabajo, no nos inspiran, y por otro lado, si nos mostramos con ellos tan abiertos, no nos comprenderán». Es verdad, hay gente que no os comprenderá; si les saludáis, si les sonreís, dirán: «¿Qué le ocurre a éste?» Pero solo algunos se mostrarán incapaces de comprenderos, habrá muchos otros que os comprenderán y se sentirán felices. Además, ¿Acaso vivimos sólo para la gente con la que nos encontramos? No, vivimos para toda la creación, y en las regiones invisibles existen numerosas criaturas que sabrán apreciar vuestro amor, y esto es lo esencial.

Incluso, ¿por qué no aprendéis a mirar de otra forma menos superficial, a toda esa gente con la que os cruzáis y que nada os inspira? Siempre os fijáis en la apariencia, y es cierto que a menudo no es muy agradable. Pero los humanos no son sólo lo que aparentan, cada uno tiene también un alma, un espíritu, e incluso si esta alma y este espíritu raramente se manifiestan, están ahí y tienen siempre la posibilidad de aparecer y expresarse. No demuestra ser inteligente quien observa a los humanos de forma tan superficial. Un sabio sabe que los hombres y las mujeres son hijos e hijas de Dios, y con esta idea trata a todos los seres. Este es un trabajo creativo que realiza, ya que, de esta forma, desarrolla el lado divino de todos aquellos que encuentra… y se siente feliz. Creedme, la mejor manera de actuar con los demás, es descubriendo sus cualidades, sus virtudes, sus riquezas espirituales y concentrarse en ellas.

Descubrir los defectos de la gente no tiene ningún mérito, es demasiado fácil; además, es algo que todo el mundo hace… A partir de ahora, intentad prescindir de los detalles no demasiado virtuosos, y en cambio haced hincapié en el principio divino existente en cada ser. Sí, ¿por qué no tener sentimientos sagrados para aquello que en el hombre es divino, inmortal y eterno? Es así como realizaréis un buen trabajo sobre vosotros mismos y ayudaréis también a los demás.

Mientras que si tan sólo os ocupáis de sus defectos, os perjudicáis, porque absorbéis sus suciedades y, además, impedís que ellos evolucionen. y ¿cómo queréis después no sentiros solos?

Criticando a los demás, subrayando sus defectos, no hacéis más que cavar un foso entre ellos y vosotros. Cuando sepáis, a través de vuestra alma y de vuestro espíritu, entrar en relación con todas las almas y todos los espíritus de la tierra, cuando lo mejor de vosotros mismos descubra lo mejor de los demás, entonces ya no os sentiréis solos.

– Omraam Mikhaël Aïvanhov – EL DEBER de SER FELIZ

La Honestidad

Ser honesto es ser real, auténtico, genuino. Ser deshonesto es ser falso, ficticio, impostado. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás. La deshonestidad no respeta a la persona en si misma ni a los demás. La honestidad tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad, y expresa la disposición de vivir en la luz. La deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento. Es una disposición a vivir en la oscuridad.

La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo en que imperara la realidad y estuviera habitado por seres humanos plenamente conscientes. Desgraciadamente, debemos de convivir con la deshonestidad. Los humanos, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón. Los seres humanos necesitan práctica y estudio para convertirse en personas benévolas en las que retomar la chispa divina de la que emergimos. En ese intento hacen muchas cosas que la prudencia les aconseja ocultar. Mentir es una “fácil” herramienta de ocultamiento y, cuando se emplea a menudo, pronto degenera en un vicio que arrastra hacia lo contrario.

La honestidad es de suma importancia. Toda actividad social, toda empresa humana que requiera una acción concertada, se atasca cuando la gente no es franca. La honestidad no consiste sólo en la franqueza, la capacidad de decir la verdad, sino en la honestidad del trabajo honesto por una paga honesta.

Cómo se cultiva la honestidad? Como la mayoría de las virtudes, conviene desarrollarla y ejercitarla en armonía con las demás. Cuanto más se ejercita, más se convierte en una disposición afincada. Pero hay una respuesta rápida que se puede dar en tres palabras: tomarla en serio.

Se debe reconocer que la honestidad es una condición fundamental para las relaciones humanas, para la amistad, para la auténtica vida comunitaria. Pero se debe tomar en serio por sí misma, no “como la política más conveniente”.
Hay una gran diferencia entre tomar en serio la verdad y no dejarse pillar. Los padres a menudo decimos “que no te pille de nuevo”, y es comprensible, pero una vida buena y honesta es más que eso. El desarrollo moral no es un juego de “píllame si puedes”. Conviene concentrarse en lo que importa de verdad, la clase de persona que uno es, y la clase de persona que uno quiere ser.
No hay medias tintas con la honestidad.

La pregunta
Si el mundo entero fuera como tú (ni una pizca mejor),
si fuera igualmente puro y franco,
tan puro y franco como tú,
igualmente libre de malas intenciones,
de extorsiones y engaños,
de planes para burlar al prójimo,
de planes para engañar al prójimo,
de planes para aplaudir al desalmado…
¿sería mejor el mundo?
Si el mundo entero te siguiera (al pie de la letra)
¿sería un mundo más noble,
totalmente despojado
de engaños y falsías,
la malicia, el egoísmo y la lujuria
se borrarían bajo esa costra
que cubre el corazón humano?
Dime, si a ti te imitara,
¿sería mejor el mundo?

BUSCA LA VERDAD EN TI MISMO ANTES DE BUSCARLA EN LOS DEMÁS.

PARA SER HONESTOS:

a.- Conozcámonos a nosotros mismos.

b.- Expresemos sin temor alguno lo que sentimos ó pensamos.

c.- No perdamos nunca de vista la verdad.

d.- Cumplamos nuestras promesas.

e.- Luchemos por lo que queremos jugando limpio.

Duelar lo que no fue

Hay vidas que quedan detenidas, como un tren lleno de pasajeros que se demorara en una estación aguardando a alguien que no se decidiera a subirse (pero durante horas, días, meses, años…). Un tren que, mientras tanto… no puede llegar a destino!

En ese punto, si nos sucede, nuestra existencia se ha convertido en una sala de espera para lo que no es (y no sabemos si llegará a ser): nos hemos quedado aferrados a nuestra idea de cómo debían ser las cosas… y nos cuesta soltar esa idea, aún con costos altísimos! De allí viene una desesperación que, si la sabemos escuchar, puede evitarnos el quedar entrampados en lo que plantea la canción del querido Serrat: “No hay nada más bello que lo que nunca he tenido, ni nada más amado que lo que perdí”.

Aprender a que el tren siga, y a despedirse de aquello que no va a subir (aunque nuestros planes tuvieran otra perspectiva) puede ser doloroso… pero altamente liberador. Lo trabajamos como un proceso: duelar lo que no fue (que puede ser tan arduo como duelar cualquier pérdida de lo que sí hubo en nuestra vida). Hay hijos que no pueden llegar a ser adultos por esperar la aprobación de padres que no han sabido amarlos… hombres y mujeres que no encuentran a quien les aguarda en la próxima estación por esperar que a su tren suba quien ha tomado otra ruta… identidades que hallaríamos si renunciáramos al futuro que imaginamos (pero que el futuro no trajo, lo cual muestra que… nuestro futuro no era ése, sino otro que aún aguarda ser descubierto)… Lo que no hemos tenido, sabido, podido, logrado…

No nos asustemos de la palabra “renunciar”. Renunciar puede ser un acto creativo, generador de lo nuevo. Re-enunciar: donde decíamos “sí”, enunciar un “no” aceptante y maduro… lo cual dará espacio a que pongamos el “sí” donde el “no” estaba cerrándonos puertas hacia caminos aún no transitados. Se trata de una libertad autoadjudicada que nos posibilita ser quienes no sabíamos que también éramos (y tal vez encontrar a quienes ignorábamos que también estaban!). Así termina Robert Frost su poema “El camino no elegido”:

“Debo estar diciendo esto con un suspiro
de aquí a la eternidad:
dos caminos se bifurcaban en un bosque
y yo,
yo tomé el menos transitado;
y eso hizo toda la diferencia.”

Virginia Gawel

Vivir la vida

Estar atento es estar presente, estar en el Ahora; es entrar en el flujo de la Vida a través de aquello que percibimos. Esta calidad de atención ya es conciencia. Cuando estamos en un estado vigilante, manteniendo una alta calidad de escucha, estamos presentes, entramos plenamente en la Vida y ella se despliega delante de nosotros de una manera completamente diferente. Entonces sentirnos vivos y disfrutar no depende de aquello que nos sucede, sino de nosotros mismos.

Al principio este estado de atención puede confundirse con la concentración, que todavía es un estado mental y tiene una finalidad, un objetivo, y eso hace que esté proyectado hacia el futuro y no esté en el Presente, generando cierto grado de tensión. La atención de la que estamos hablando es relajada; no tiene objetivos, habita el momento; es el dedo alzado del maestro zen; también es el perro siguiendo un rastro.

Podréis hacer la experiencia si seguís atentamente, por ejemplo, un sonido, un sonido cualquiera que nace y que muere, que comienza y que acaba; podréis observar que primero está el sonido y después el silencio; mientras el sonido permanece, seguidlo atentamente; después, cuando el sonido desaparece y sobreviene el silencio, continuad escuchando el silencio. Podéis seguir el sonido del motor de un coche que pasa, el gorjeo de un pájaro.

En esta clase de atención hay un estado vigilante, una curiosidad sin razón alguna, similar a la de un niño pequeño que escucha algo por primera vez. Tal vez podáis percibir en esa clase de atención una cierta sorpresa.

Prestar atención a lo que está sucediendo en cada momento podrá haceros notar cuán a menudo estáis vueltos hacia el pasado o proyectados hacia el futuro. Cuán a menudo, en suma, perdéis el Presente. Pero si descubrís que a menudo estáis en el pasado o en el futuro, no os preocupéis demasiado, no hay nada personal en ello; es solamente un hábito cultural.

Práctica : Mira si puedes prestar atención a cualquier cosa que te ofrezca el Presente, cualquier cosa que suceda en este instante. Eso significa entrar de lleno en el instante, en cualquier cosa que este instante te esté mostrando.

Para hacer esto puedes usar cualquiera de tus sentidos (por ejemplo, la vista, el oído, pero también el tacto o el gusto). Puedes saborear un bocado estando atento o atenta a la pura sensación, o beber un café estando plenamente en cada sorbo, en cada pausa, en cada variación del sabor; haz esto sin prestar demasiada atención al movimiento del pensamiento, a tus juicios o a tus expectativas; hacer esto no involucra a la mente.

Presta atención a las incomodidades o a las molestias que se manifiesten en ti. Nota cómo a menudo éstas son generadas por juicios o un no interior; observa cómo estás listo para caer prisionero de él. No hay necesidad de hacer nada. Te darás cuenta de que observarlo y volverte consciente ya genera por sí mismo un cambio.

– Eckhart Tolle –